Vegetación
Representación de las formaciones vegetales de Venezuela 2010

Otto Huber, María A. Oliveira-Miranda

Con base en los nuevos avances tecnológicos, como lo son las imágenes satelitales de excelente resolución espacial, los datos de relieve sistemáticos obtenidos por sensores remotos, o los Sistemas de Información Geográfica, entre otros, se consideró que era el momento oportuno para el desarrollo de un nuevo mapa de vegetación para Venezuela.
En este sentido, a partir del año 2008 se inició un nuevo esfuerzo sistemático con el objetivo de precisar la distribución actual y el grado de integridad de las formaciones vegetales de Venezuela, ajustando imprecisiones de los productos previos y aprovechando las nuevas tecnologías, para determinar con exactitud los límites e identificación de dichas formaciones vegetales.
El primer paso, desarrollado al inicio de este capítulo, fue la revisión exhaustiva de toda la cartografía vegetal desarrollada en el país, unido a un proceso de levantamiento de la información publicada, en especial los trabajos generados durante los últimos 30 años.
El empleo de herramientas de sistemas de información geográfica contribuyó en la creación de bases de datos georreferenciadas, que permitieron integrar los mapas de vegetación existentes con un modelo digital de elevación del terreno e imágenes de satélite (radar y multiespectral).
La disponibilidad de datos sobre relieve con mayor precisión a nivel nacional, permitió ajustar la extensión de las unidades de vegetación reseñadas en la cartografía previa. Esto facilitó realizar estimaciones más precisas y exactas en cuanto a la cobertura de esas unidades. Por otro lado, al disponer de imágenes de satélite, tanto de radar como de sensores ópticos multiespectrales, es posible evaluar las condiciones del terreno sin el efecto de las nubes, al mismo tiempo que se cuenta con una alta resolución espacial y espectral.
Para la identificación de cada tipo de unidad se emplearon imágenes de satélite de diferentes fechas y fuentes, a los fines de considerar algunos fenológicos y ecológicos de los distintos tipos de vegetación, como la caducifolia o la condición de inundación del terreno, ya que las variaciones en estos generan respuestas muy diferentes en las imágenes de satélite. En el caso específico de los satélites ópticos se utilizaron combinaciones de bandas para una diferenciación más precisa entre las unidades de vegetación y coberturas (IGAC 2005).
Para la interpretación de imágenes satelitales y sensores multiespectrales, como Landsat (TM y ETM), Aster y SPOT, se utilizó la ventana correspondiente al período 2000-2009. Las imágenes Landsat TM y ETM fueron obtenidas en forma gratuita de sitios especializados en Internet y del Joint Research Center de la Unión Europea. La información proveniente del satélite SPOT fue facilitada por el Centro de Procesamiento Digital de Imágenes de la Fundación Instituto de Ingeniería, ubicado en Caracas. Las imágenes Aster provinieron del banco de datos de los proyectos del Laboratorio de Biología de Poblaciones, del Centro de Ecología del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC). Como información de apoyo se usaron imágenes de otros sensores disponibles en Google-Earth, en su versión 5.2.1.1588.
En el caso de radar, se utilizaron imágenes del satélite ALOS PALSAR, sensor ScanSAR, bajo el modo de polarización HH, y que fueron proporcionadas al Joint Research Centre por JAXA, a través del proyecto Kyoto y Carbono. Con las imágenes correspondientes al período desde el 27 de abril hasta el de 17 mayo de 2007, Gianfranco De Grandi y Hugh Eva (Environmental Centre, Joint Research Centre, Unión Europea), generaron una composición para toda Venezuela.
Las unidades vegetales identificadas a partir de la interpretación visual de las imágenes mencionadas, fueron cotejadas con la literatura especializada y con la información cartográfica previa .
Para establecer con exactitud las formaciones y paisajes vegetales, fue preciso realizar una correlación entre los dos gradientes dinámicos principales (térmico e hídrico), y su influencia sobre la cobertura vegetal natural de Venezuela.
Por su ubicación en la región tropical, todo el territorio venezolano recibe una elevada cantidad diaria de radiación solar, con pocas variaciones a lo largo del año. De esta manera se obtiene un balance térmico altamente positivo que favorece el crecimiento sostenido de una gran masa vegetal. Por otra parte, a esta constancia térmica latitudinal se contrapone un gradiente térmico altitudinal, generado por la presencia de un terreno fisiográfico muy variado que va desde 0 a 5.000 metros de elevación.
En Venezuela la temperatura disminuye aproximadamente a 0,67°C por cada 100 metros de elevación sobre el nivel del mar . En términos geobotánicos, Pittier (1935) distingue en Venezuela los pisos altitudinales “tierra caliente”, “tierra templada”, “tierra fría” y “tierra gélida”. Cada uno de ellos está caracterizado por un intervalo térmico altitudinal propio llamado macrotérmico (o megatérmico), mesotérmico o microtérmico, en sentido decreciente. A lo largo de este gradiente térmico altitudinal se desarrollaron pisos con vegetación específica.
A diferencia del régimen térmico de la Tierra (causado y condicionado por la radiación solar que es un fenómeno cósmico), el régimen hídrico es el resultado de fenómenos telúricos, es decir, procesos generados directamente en la superficie terrestre y que son el producto de la interacción de mares y continentes con los vientos. En el caso de Venezuela, el balance hídrico atmosférico es controlado principalmente por el régimen de los vientos alisios que soplan de dirección noreste a suroeste, desplazando masas de aire húmedo desde el océano Atlántico hacia el continente y sobre todo el país. Durante el período de abril a noviembre de cada año, los vientos alisios se ven reforzados o hasta reemplazados por fenómenos climáticos regionales del trópico americano, llamados Zona de Convergencia InterTropical (ZCIT, o ITCZ por sus iniciales en inglés). Por esta razón en Venezuela existe un régimen pluviométrico marcadamente biestacional, caracterizado por una alternancia de un período de menor pluviosidad (“verano” o estación de sequía, usualmente entre noviembre y abril) con otro de mayor pluviosidad (“invierno” o estación de lluvias, usualmente entre mayo y noviembre).
Las características fisiográficas del país, con tres grandes sistemas de montañas y amplias llanuras, producen efectos importantes sobre la distribución no sólo estacional, sino también geográfica (regional y local) de las lluvias en todo el territorio. En líneas muy generales se observan, también en este caso, por lo menos dos gradientes pluviométricos, uno desde el noreste atlántico hasta la cordillera de los Andes y otro desde la costa del Caribe hasta la planicie amazónica, en el extremo sur del país. En la Venezuela continental, la cantidad de lluvia que cae en un promedio anual oscila entre 360 y 4.300 mm, abarcando desde un régimen semidesértico hasta el perhúmedo . No obstante, la cantidad absoluta de agua que cae en un determinado lugar es de importancia relativa para la cobertura vegetal, siendo más importante la distribución de la cantidad de lluvia durante los diferentes meses del año. De esta forma, se distingue entre meses secos (usualmente con < 50 mm lluvia promedio), meses húmedos (entre 50 y 100 mm) y meses perhúmedos (con > 100 mm). A su vez el régimen pluvial anual se expresa en tres niveles climáticos: a) Seco, con 6 o más meses secos. A este nivel también se le denomina xerófilo o árido, y corresponde con el clima desértico y semidesértico según Köppen (1948), b) Estacional, con 2-6 meses secos. Denominado tropófilo o alisio, o clima de sabana según Köppen (1936), c) Húmedo, con < 2 meses secos al año. Denominado pluvial u ombrófilo o clima del bosque lluvioso según Köppen (1936).
En atención a todas estas consideraciones, así como a la interpretación visual y al análisis de las imágenes mencionadas, y a la comparación con la cartográfica y literatura especializada, se logró reconocer para Venezuela nueve grandes tipos de formaciones vegetales naturales (algunas de las cuales cuentan con subtipos), una cobertura de áreas eminentemente intervenidas, además de los cuerpos de agua (Figura 8 ).
Cada formación de vegetación está conformada por unidades de vegetación o fitocenosis, cuya composición florística difiere a lo largo y ancho de la extensión de la formación vegetal a la que pertenece, lo cual le proporciona características únicas. Tales distinciones corresponden a las diferencias en la historia fitogeográfica (ecológica y evolutiva) de cada fitocenosis:

Figura 8: Representación de las formaciones vegetales de Venezuela elaborado por Huber y Oliveira-Miranda (2010)

1. Bosques siempreverdes

Son aquellos en los cuales la sustitución de la masa foliar se realiza paulatinamente a lo largo del año. Los árboles dominantes nunca se presentan desprovistos de hojas y, menos de 25% de los individuos pierde su follaje durante la estación de sequía (Foto 1 ) . En Venezuela están asociados a ambientes desde macrotérmico a mesotérmicos, con temperaturas medias anuales que van de más de 24°C hasta 12°C, abarcando diferentes pisos altitudinales. Es la formación boscosa de mayor superficie en el país y, en especial, en la Guayana venezolana. Desde el punto de vista climático, los bosques siempreverdes son húmedos u ombrófilos, ya que durante la mayor parte del año tienen exceso de agua, proveniente de lluvia o por saturación del suelo, con una precipitación media anual superior a 1.400 mm y con 1 a 2 meses ecológicamente secos. Bajo esta categoría se incluye los bosques sub-siempreverdes o semi-siempreverdes. Dentro de los bosques siempreverdes pueden distinguirse subtipos específicos, en función de características distintivas, tales como su ubicación en determinados pisos altitudinales, la condición de anegación del terreno, la predominancia de una determinada especie, entre otros. De este modo, además de los llamados en general bosques siempreverdes, están cinco subtipos:
a) Bosques siempreverdes per se: se caracterizan porque los árboles dominantes pierden su follaje gradualmente, pero mantienen siempre un gran porcentaje, incluso durante los meses más secos. Son bosques de tierras bajas que se desarrollan entre 0 y 400 msnm, aunque pueden llegar a ser basimontanos y submontanos. La temperatura media anual oscila entre 26°C y 28°C (macrotérmicos), y reciben una precipitación anual entre 1.700 y 3.800 mm. También se les denomina bosques húmedos, higrófilos, pluviales, basimontanos, submontanos, esclerófilos, macrotérmicos, entre otras. En algunos casos incluyen los llamados bosques subsiempreverdes o semi-siempreverdes. Se diferencian de los bosques nublados por su ubicación altitudinal y por fuertes variaciones en su constitución florística, mientras que se separa de otros bosques siempreverdes de zonas bajas (manglares, de palmas y bosques de pantano) por su mayor diversidad florística, entre otras características (Foto 1 ).

Foto 1: Bosque siempreverde per se, Guayaraca, Canaima, estado Bolívar. Giuseppe Colonnello

b) Bosques nublados: es una comunidad con vegetación arbórea que forma por lo menos un estrato de copas (dosel) más o menos continua, generalmente de más de 5 metros de altura, de vertientes montañosas envueltas en nieblas o nubes durante la mayor parte del año, y con alta presencia de epífitas. Se desarrolla por encima de 800 m de altitud y en algunas clasificaciones equivale a bosques montanos. No obstante, no existe una cota o elevación que determine su aparición, por el contrario, varía entre las formaciones montañosas, dependiendo de la altitud y extensión de éstas (efecto de masa), de su ubicación geográfica relativa y su exposición a los vientos. De este modo surgen bosques nublados andinos y bosques nublados de la cordillera de la Costa. Adicionalmente, aparecen formaciones con características de bosques nublados en el cerro Santa Ana, en el estado Falcón, y en el cerro Copey, en la isla Margarita, a elevaciones más bajas que en otros macizos montañosos de mayor extensión. Una característica visual que resalta es la presencia de nubes durante más de la mitad del año (Foto 2 ).

Foto 2: Bosque nublado, Parque Nacional Henri Pittier, estado Aragua. César Molina

c) Bosques de palmas: se refiere a una agregación natural y vistosa de palmas cuya forma de vida se considera arbórea (porte alto), y que se encuentra asociada a ambientes macrotérmicos cuyo régimen climático se considera húmedo (ombrófilo). Su desarrollo se produce sobre terrenos temporal o permanentemente inundados. Cuando la palma predominante es el moriche (Mauritia flexuosa) se les denomina “morichal”, mientras que cuando domina la palma mapora o chaguaramo (Roystonea oleracea) se le conoce como “maporal” o “chaguaramal”. Puede estar acompañado de otras especies arbóreas, pero hay predominio evidente de palmas. Esta formación es diferente de las sabanas con palmas, típica de los llanos y presente en la Gran Sabana. En Venezuela, los bosques de palmas se encuentran como remanentes en los estados Falcón, Yaracuy y Miranda, y como extensiones más importantes en los estados Delta Amacuro, Amazonas y Bolívar (Foto 3 ).

Foto 3: Bosque de palmas (maporal), Tocuyo, estado Yaracuy. Giuseppe Colonnello

d) Bosques de pantano: se caracterizan por presentar suelos con una lámina de agua o bajo condiciones permanentes de saturación, aún al final de la época de sequía. Tienen un estrato arbóreo superior constituido por individuos de gran porte que alcanza hasta 25 metros. Entre las especies arbóreas dominantes se encuentran sangre de drago (Pterocarpus officinalis), varillo (Symphonia globulifera) y varias palmas. Pueden ser de dos tipos, los asociados a suelos minerales, con inundación temporal, también conocidos como bosques de ciénagas, y aquellos sobre suelos orgánicos o turbas, permanentemente inundados o anegados. En Venezuela los bosques de pantano se encuentran principalmente en los estados Sucre y Delta Amacuro (Foto 4 ).

Foto 4: Bosque de pantano,Turuépano, estado Sucre. Giuseppe Colonnello

e) Bosques de manglares: son comunidades arbóreas que van de 3 a 30 metros de alto, restringidas principalmente a zonas costeras y estuarios, y a áreas bajo efecto de las mareas cuando están presentes en ríos (Foto 5 ). Por su asociación a suelos planos y fangosos influenciados por las mareas, soportan condiciones relativas de alta salinidad o salobres. Los manglares de mayor porte son los ubicados al oriente de Venezuela, desde el sur del estado Sucre hasta el delta del Orinoco, en el estado Delta Amacuro . Pueden ser monoespecíficos, o presentarse en combinaciones de dos o tres especies de los géneros Rhizophora, Avicennia y Laguncularia. Las siete especies de manglar reportadas para Venezuela no se presentan simultáneamente en la misma área. Es posible encontrar otras especies tolerantes a cierto grado de salinidad como Pterocarpus officinalis, Montrichardia arborescens, Acrostichium aureum y Crinum spp. .

Foto 5: Bosque de manglar, La Restinga, estado Nueva Esparta. Pedro Uviedo

2. Bosques semideciduos

Se caracterizan porque entre 25% y 75% de los individuos pertenecientes a las especies arbóreas dominantes pierde el follaje durante la época de sequía . Están restringidos a las regiones macrotérmicas y submesotérmicas del país. De acuerdo con la disponibilidad de agua pueden ser tropófilos (estacionales) u ombrófilos (húmedos). Desde el punto de vista altitudinal, pueden ir desde tierras bajas en la Depresión del lago de Maracaibo y en los Llanos occidentales, hasta 1.200 metros de elevación en las cordilleras de los Andes y de la Costa, por lo que pueden considerarse basimontanos y montanos (Foto 6 ).

Foto 6: Bosque semideciduo, estado Zulia. Giuseppe Colonnello

3. Bosques deciduos

Se caracterizan porque al menos 75% de los individuos arbóreos pierden su follaje durante la época de sequía. Están restringidos a zonas macrotérmicas y climáticamente son tropófilos. Se ubican principalmente en tierras bajas, al norte de Venezuela, sin embargo, en algunas zonas colinosas alcanzan de 500 a 600 metros de elevación. Probablemente, junto con los bosques semideciduos, se trata de la formación boscosa menos representada en Venezuela (Foto 7 ).

Foto 7: Bosque deciduo, estado Cojedes. César Molina

4. Bosques ribereños

Se extienden a lo largo de las orillas de los ríos, normalmente sobre bancos y albardones fluviales (Foto 8 ). De tipo macrotérmico, el régimen de precipitación puede ser húmedo (ombrófilos), estacional (tropófilos) e incluso seco (xerófilo).

Foto 8: Bosque ribereño, afluente del río Capanaparo, estado Apure. Giuseppe Colonnello

5. Arbustales siempreverdes

Son comunidades vegetales arbustivas (usualmente plantas leñosas de menos de 5 metros de altura), asociadas a ambientes húmedos (ombrófilos). Están presentes en áreas que van desde lo macrotérmico, en todo el país, hasta lo microtérmico, en los Andes y en la Guayana. En las tierras bajas y medias de la Guayana son comunidades conformadas por especies con hojas mayormente de consistencia coriácea, que suelen crecer en las orillas de ríos de aguas negras. Entre los arbustales siempreverdes destacan tres subtipos bien diferenciados por sus especies constitutivas y su ubicación geográfica.
a) Arbustales siempreverdes per se: comunidad vegetal con predominio de plantas arbustivas que no exceden los 5 metros de altura, asociadas a ambientes húmedos y frecuentemente macrotérmicos. Sus elementos arbustivos se caracterizan porque la sustitución de la masa foliar se realiza paulatinamente a lo largo del año, de manera que los arbustos nunca se presentan desprovistos de follaje, y sólo una fracción lo pierde durante los meses más secos. Se encuentran principalmente en los estados Bolívar y Amazonas. En las tierras bajas y medias de Guayana son comunidades conformadas por especies con hojas mayormente de consistencia coriácea, que suelen crecer en las orillas de ríos de aguas negras.
b) Arbustales parameros: son comunidades que van desde rosetales puros a arbustales puros, dependiendo de la altitud, el drenaje y otros factores, siendo el rosetal-arbustal la formación más típica (Foto 9 ). Consta de varios estratos, alcanzando más de 1,5 m de alto. Entre otros géneros característicos, resalta Espeletia spp. conocido como frailejón . Pese a que es una formación característica de la cordillera andina, ubicada por encima de 2.500 msnm, existen algunos parches en las zonas más altas de la cordillera de la Costa que son reconocidos como arbustales paramoides .

Foto 9: Arbustal paramero, estado Mérida. David Southall

c) Arbustales tepuyanos: son comunidades formadas por arbustos de 0,5 a 2 metros de alto, con ramificaciones en la base y hojas coriáceas mayormente aglomeradas al final de las ramas. La mayoría de los arbustos tepuyanos tiene flores o inflorescencias vistosas (Foto 10 ). Se desarrollan en la cima de los tepuyes y tienen un alto nivel de endemismo .

Foto 10: Arbustal tepuyano, serranía de Maigualida, estado Bolívar. Otto Huber

6. Arbustales espinosos

Son comunidades vegetales cuya composición florística está conformada por arbustos y arbolitos bajos (usualmente <5 m de alto), la mayoría provistos con espinas, y cactáceas (Foto 11 ). Cuando predominan los arbustos espinosos se le denomina espinar, mientras que si la dominancia es de las cactáceas se le llama cardonal. La condición más frecuente de estas comunidades vegetales es encontrar una mezcla entre espinares y cardonales. La composición de especies de cada unidad está influenciada por la disponibilidad de agua, tipos de suelo, salinidad, entre otros aspectos ambientales. Un subtipo de arbustales espinosos, de porte más bajo, son los arbustales espinosos litorales, donde las especies tienden a ser las mismas, pero hay un predominio de aquellas con mayor resistencia a la salinidad. Los arbustales espinosos se distribuyen en las zonas secas del norte de Venezuela y, en el caso de los litorales, siguiendo la franja costera continental e insular.

Foto 11: Arbustal espinoso, península de Macanao, estado Nueva Esparta. David Southall

7. Arbustales ribereños

Se trata de comunidades vegetales integradas por arbustos altos. Se encuentran restringidos a las tierras bajas del estado Amazonas, específicamente por debajo de 400 m de elevación, y asociados a cursos de aguas negras naturales (Foto 12 ). En la penillanura del Casiquiare, en zonas totalmente planas, con períodos de inundación de más de seis meses por año, se encuentra un tipo particular de estos arbustales, dominado por agrupaciones de palo de boya (Malouetia spp.), comúnmente llamadas “boyales” .

Foto 12: Arbustal ribereño (boyal) formado por Malouetia glandulifera (palo de boya), cuenca del Casiquiare, estado Amazonas. Gustavo Romero

8. Herbazales

Son comunidades conformadas por una capa de especies no leñosas relativamente continuas, que puede contener elementos leñosos (arbustos o árboles) en forma aislada o en grupos, formando pequeñas islas de bosques. Las especies predominantes comúnmente son hierbas (graminosas o no), pero en el Escudo Guayanés puede tratarse de especies con una apariencia fisionómica completamente diferente a las hierbas . Atendiendo a su composición florística, sus restricciones ecológicas y ubicación geográfica, en Venezuela pueden diferenciarse siete tipos de herbazales:
a) Sabanas abiertas: comunidad herbácea con predominio de gramíneas, esencialmente sin elementos leñosos. Pueden ser inundables, y con escasa presencia de bosques de galería y morichales . Su distribución incluye los Llanos y algunos sectores de la Guayana (Foto 13 ).

Foto 13: Sabana abierta, estado Apure. César Molina

b) Sabanas arbustivas y/o arboladas: comunidad herbácea donde abundan las gramíneas, con individuos arbustivos o arbóreos frecuentes y dispersos sobre pequeños montículos, regularmente sobre suelos minerales. Su distribución incluye los Llanos y algunos sectores de la Guayana (Foto 14 ).

Foto 14: Sabana arbolada, estado Anzoátegui. César Molina

c) Herbazales parameros: son comunidades herbáceas sobre los 3.000 msnm, presentes en áreas muy húmedas, permanente o estacionalmente anegadas. En ellos predominan las gramíneas de los géneros Agrostis, Bromus, Calamagrostis y Poa, la ciperácea Carex amicta, las iridáceas Sysyrinchium y Luzula, y la asterácea Espeletia schultzii . Esta formación tiene diferencias con los arbustales parameros, pero dado los complejos mosaicos que conforman (Foto 15 ), es casi imposible diferenciarlos en las imágenes de satélite. Por ello, en la figura 8 se les agrupa como una sola unidad.

Foto 15: Herbazal paramero, Guaramacal, estado Trujillo. Giuseppe Colonnello

d) Herbazales de pantano: son comunidades vegetales herbáceas, principalmente no graminosas, asociadas a ambientes con inundación temporal o permanente. Su mayor extensión se encuentra hacia el delta del Orinoco (Foto 16 ).

Foto 16: Herbazal de pantano, ciénagas de Juan Manuel, estado Zulia. Giuseppe Colonnello

e) Herbazales arbustivos sobre arena: son comunidades vegetales herbáceas peculiares del estado Amazonas, que crecen sobre arenas cuarzosas blancas, dominadas por hierbas de hoja ancha. Se trata de ecosistemas muy ricos en endemismos vegetales.
f) Herbazales tepuyanos: son comunidades vegetales herbáceas peculiares de las cumbres tepuyanas y de la Gran Sabana, que crecen preferiblemente sobre suelos orgánicos profundos (turbas). Estos ecosistemas son muy ricos en endemismos (Foto 17 ).

Foto 17: Herbazal tepuyano, Kukenán, estado Bolívar. Roderic Mast

g) Herbazales litorales: son comunidades herbáceas bajas cuya cobertura varía desde abierta hasta densa. En algunos casos están presentes en depresiones salinas de la costa (herbazal litoral halófito), y en otros cubren dunas arenosas de las playas, normalmente no inundadas por el agua marina (herbazal litoral psamófilo). Estas dos comunidades son pobres en especies (Foto 18 ).

Foto 18: Herbazal litoral, Chacopata, estado Sucre. Giuseppe Colonnello

9. Vegetación saxícola (litófita)

Son pequeñas comunidades vegetales que crecen sobre los numerosos afloramientos rocosos de tierras bajas y sobre las cimas de los tepuyes. Una de sus características resaltantes es su alta riqueza en endemismos (Foto 19 ).

Foto 19: Vegetación saxícola, Roraima, estado Bolívar. Kenyer Domínguez

10. Matorrales

Se ha referido como vegetación arbustiva o arbórea baja (entre 3 y 8 m de alto), con dosel irregular, producto de la degradación de bosques naturales por actividad humana, . En la figura 8 (Figura 8 ) se ha prescindido de este tipo de formación y se ha identificado la original, indicando su grado de intervención. En aquellos casos donde esto no fue posible se designó como área intervenida.

11. Áreas intervenidas

Incluye todas las áreas donde la matriz vegetal original no es reconocible. Están asociadas a actividades humanas como la agricultura, la cría de ganado (agropecuario), las plantaciones forestales, las zonas de minería, las zonas industriales y las zonas urbanas.

12. Cuerpos de agua

Incluye lagos y embalses con diferentes fines de aprovechamiento, así como algunos de los principales cursos de agua del país.

Bibliografía