Unidades de paisaje
Región C. Colinas

Descripción

Esta región ocupa una posición de transición entre los ecosistemas de tierra baja y los montanos. Cuenta con un relieve suave con menos de 1.000 m de elevación, y cumbres usualmente convexas y laderas poco inclinadas. En ella predomina el piso basal con clima cálido, sin embargo, cuando alcanza elevaciones mayores de 500-600 msnm hay una transición climática débil hacia el piso subtemplado.
En Venezuela el paisaje fisiográfico colinar no es muy extendido. Este término incluye zonas con topografía ondulada más fuerte que en la penillanura, es decir, una topografía colinar o de lomerío, la cual va desde 200 hasta 800-1.000 m de altitud aproximadamente. Se encuentra principalmente en la zona macrotérmica, con una temperatura media anual mayor de 24°C, pero alcanza marginalmente la zona submesotérmica con una temperatura media anual entre 20°C y 24°C. La ausencia de una clara existencia de pisos altitudinales constituye uno de los criterios principales para separar el paisaje colinar del paisaje montano. La pluviosidad es generalmente baja en las colinas del noroeste del país (aproximadamente 500-1.000 mm/año) y de media a alta en las colinas al sur del Orinoco, con una precipitación media anual entre 1.000 y 3.000 mm. En esta región se distinguen tres subregiones, de las cuales una se ubica al norte y las otras dos al sur del río Orinoco:

Subregión C.1.

Sistema de colinas y sierras bajas Lara-Falcón

Esta subregión se extiende desde los límites norte de los Andes y noroeste de la cordillera de la Costa hasta las costas del mar Caribe en el norte y este (Foto 26 ). En el oeste la separa la sierra Jirajara o Ziruma (Baragua) de las llanuras nororientales de la Depresión de Maracaibo. La altitud de estos paisajes de lomas y colinas redondeadas o cónicas, que alterna con grandes valles transversales, varía entre 10 y 700-1.000 m aproximadamente. Quedan excluidas las partes altas de las sierras Baragua, San Luis y cerro Santa Ana en la península de Paraguaná, cuya vegetación pertenece más a la región de montañas (D). Toda la subregión está sujeta a un régimen principalmente macrotérmico, con transiciones hacia el submesotérmico en las zonas más elevadas. El régimen pluviométrico es de tipo árido a semiárido (PMA entre 300 y 1.000 mm), con una excepción hacia el este (en la zona de los “valles marítimos”) y el oeste de la subregión, donde se registra una precipitación media anual mayor, entre 1.200 y 1.800 mm, distribuida entre 8 meses del año.

Foto 26: Sistema de colinas y sierras bajas Lara-Falcón, estado Lara. Giuseppe Colonnello

La vegetación predominante está constituida por bosques deciduos y arbustales espinosos, citados en la bibliografía como bosques secos y arbustales xerófilos, parcialmente espinosos . Entre Barquisimeto y Carora se observan extensos cardonales, es decir, arbustales espinosos mezclados con cactáceas columnares arborescentes, como el cardón Stenocereus griseus, cactáceas fruticosas, las tunas (Opuntia spp.) y los característicos buches (Melocactus curvispinus, Mammillaria spp.). Entre los elementos arbustivos o arbóreos bajos predominan las leguminosas, con las especies Prosopis juliflora (cují), Cercidium praecox (yabo), Acacia angustissima, junto con otros elementos leñosos característicos tales como el olivo (Capparis spp.) o el trompillo (Jacquinia frutescens).
Los bosques alisios semicaducifolios, que caracterizaban el paisaje de los “valles marítimos” ubicados en la mitad oriental de este sector, han sido sustituidos casi totalmente por fincas ganaderas y agrícolas. Originalmente dominaban allí árboles como el puy o araguaney (Tabebuia billbergii), la vera (Bulnesia arborea) o el membrillo (Phyllostylon rhamnoides), junto con un sotobosque bastante variado y denso.
Donde la vegetación natural boscosa haya sido degradada a consecuencia de una fuerte y persistente intervención humana, se forman extensos matorrales, en los cuales se observa un conjunto florístico diferente del existente previamente en el bosque original. En estos casos, la así llamada flora adventicia e invasora ha desplazado a las especies originales hasta constituir nuevas comunidades vegetales, que en este caso reciben el adjetivo de “secundarias”.

Subregión C.2.

Sistema de colinas y sierras bajas piemontanas del Escudo Guayanés

Debido a su considerable extensión, esta subregión es heterogénea en su vegetación y flora (Foto 27 ). Cubre la franja entre el borde noroccidental del Escudo Guayanés y el río Orinoco, desde la desembocadura del río Sipapo en el estado Amazonas hasta la boca del río Caura. Desde allí hacia el este, comprende la parte inferior de las cuencas de los ríos Caura y Paragua, del bajo río Caroní y del río Cuyuní. Además, incluye la sierra de Imataca y la altiplanicie de Nuria en la línea divisoria entre el estado Bolívar y el estado Delta Amacuro. Toda la subregión se desarrolla sobre el basamento ígneo-metamórfico del Escudo Guayanés, cuyos afloramientos graníticos, en forma de lajas (inselbergs) o serranías bajas, constituyen uno de los rasgos más significativos no sólo del paisaje sino también de la vegetación.

Foto 27: Sistema de colinas y sierras bajas piemontanas del Escudo Guayanés, Canaima, estado Bolívar. Rebecca Miller

Las características climáticas de esta área son muy variadas. En líneas generales, el clima de la zona más al norte, que bordea el río Orinoco entre los Castillos de Guayana y Caicara, es biestacional, con una pronunciada alternancia entre la época seca y la época lluviosa, con temperaturas medias anuales mayores a 24°C y precipitaciones medias anuales entre 800 y 1.500 mm. Por su parte, las zonas del Cuyuní-bajo Caroní y Caicara-Boca Sipapo, en el estado Amazonas, tienen un clima más equilibrado, con una pluviosidad media anual que varía entre 1.200 y 2.000 mm. Dentro de la subregión, las únicas áreas que no pertenecen al clima macrotérmico son las cumbres de las colinas que tienen un clima submesotérmico, y que alcanzan entre 800 y 1.000 msnm.
Desde el punto de vista florístico, casi toda la subregión constituye una zona de transición entre la biorregión de los Llanos, hacia el norte, y la biorregión de la Guayana, hacia el sur. Entre Caicara del Orinoco y Puerto Ordaz se extiende un “bolsón”, hacia el sur, de sabanas típicamente llaneras, las cuales casi alcanzan el pie de las montañas del Escudo Guayanés en los alrededores de Tumeremo. Por otra parte, a lo largo de la ribera meridional del río Orinoco, hasta más al sur de Puerto Ayacucho, aparecen manchas más o menos extensas de sabanas, en las cuales domina nítidamente el elemento llanero. Sin embargo, allí ya comienzan a presentarse especies de genuina afinidad florística guayanesa.

Sector C.2.1.

Zona noroccidental

Este sector se extiende desde el río Orinoco, al norte y oeste, hasta el piedemonte del macizo Guayanés, al sur y este. Presenta elevaciones promedio de hasta aproximadamente 600-800 msnm. Aquí predominan bosques basimontanos y submontanos, bosques ribereños, sabanas arbustivas y chaparrales. Los bosques han sido poco estudiados hasta la fecha, pero se trata de bosques estacionales medianamente altos y densos, semideciduos, en los cuales predominan árboles con copas anchas y aplanadas, tales como el yopo (Anadenanthera peregrina) o el aceite (Copaifera pubiflora). Localmente es frecuente la palma Attalea maripa .
Los chaparrales están muy bien desarrollados en este sector y le otorgan un aspecto característico a buena porción del trayecto a lo largo de la carretera Puerto Ayacucho-Ciudad Bolívar. Estos peculiares arbustales están dominados por comunidades de chaparro (Curatella americana), los cuales pueden alcanzar hasta 8 m de alto en esta área, pero manteniendo su forma de crecimiento característica, con el tronco torcido y las grandes hojas rugosas, usadas en el pasado como lija o limpiaollas. Debido al dosel ralo típico de este estrato arbustivo, el suelo de los chaparrales está cubierto por una comunidad densa de gramíneas, normalmente conformada por paja saeta (Trachypogon spicatus).
Otro tipo de vegetación sobresaliente de este sector es la vegetación saxícola, es decir, aquella que crece sobre los numerosos afloramientos rocosos graníticos (lajas). Estos domos rocosos, redondeados y de coloración negra debido a las cubiertas de cianobacterias y líquenes adheridas a la superficie, le confieren un carácter inconfundible al paisaje colinar entre Los Pijiguaos y Puerto Ayacucho. Las plantas que han logrado instalarse sobre estas rocas soportan oscilaciones térmicas de más de 40°C durante un día de sol, así como oscilaciones extremas en la disponibilidad hídrica durante los meses de menor pluviosidad. Esta vegetación tiene una gran importancia botánica por su alto nivel de endemismo y sus peculiares adaptaciones ecológicas. Entre la multitud de especies destaca la curiosa hierba Vellozia tubiflora, de aspecto primitivo, pero con flores blancas sumamente vistosas. Del mismo modo sobresale Pseudobombax croizatii, un arbusto retorcido con corteza verde y flores rosadas delicadas, visitadas por murciélagos nocturnos.

Sector C.2.2.

Zona centro-norte

Esta zona abarca la porción centro-norte del estado Bolívar y la franja de piedemonte septentrional del macizo Guayanés, desde la boca del río Caura, en el oeste, hasta la boca del río Caroní, en el este. Este sector incluye las cuencas bajas de estos dos ríos y la del río Aro. Es heterogénea, florística y fisionómicamente, de manera que su cobertura vegetal varía desde bosques siempreverdes húmedos (ombrófilos) hasta bosques ribereños deciduos (caducifolios), alternando con sabanas muy ralas y vegetación saxícola sobre afloramientos rocosos. Sin embargo, las especies encontradas en cada uno de estos ecosistemas difieren en grado más o menos notable de ecosistemas similares, ubicados en el sector occidental. Estas diferencias se deben, en primer lugar, al régimen climático generalmente más seco de esta zona y, en segundo lugar, a las diferentes condiciones edáficas, ya que las rocas del grupo Imataca, predominantes en este sector, están entre las más antiguas de todo el Escudo Guayanés.

Subregión C.3.

Sistema de sierras bajas y colinas Imataca-Cuyuní del Escudo Guayanés nororiental

Esta subregión pertenece a la provincia fitogeográfica Guayana oriental que se extiende a todo lo largo de las tres Guayanas, es decir, entre el río Amacuro bajo, en Venezuela, y el límite entre la Guayana Francesa y el Estado de Amapá, en el Brasil nororiental . En Venezuela abarca, en forma de triángulo invertido, toda la mitad sur del estado Amacuro, las sierras Piacoa e Imataca, y la gran zona boscosa delimitada, en el oeste, por una línea imaginaria entre el poblado de Tumeremo y las cabeceras del río Yuruán. El límite sur podría trazarse siguiendo la cota de 200 msnm a lo largo del piedemonte de la sierra de Lema, en dirección oriental hasta caer en el río Venamo, aproximadamente en su confluencia con el río Cuyuní (Foto 28 ).

Foto 28: Sistema de sierras bajas y colinas Imataca-Cuyuní, Imataca, estado Bolívar. Giuseppe Colonnello

Esta subregión ocupa principalmente terrenos de tierra firme no inundables, desde el piedemonte nororiental de la sierra de Imataca, drenados por el río homónimo, hasta el río Cuyubini, más al este. Adicionalmente, incluye las colinas y las sierras bajas de Imataca y de la altiplanicie de Nuria (hasta 450 msnm), así como los bosques de la penillanura que se extiende entre la sierra de Imataca y el piedemonte oriental de la sierra de Lema. Gran parte de este paisaje está dominado por una forma de relieve muy peculiar llamado “de media naranja”, que consiste en una aglomeración densa de colinas semiesféricas, con alturas que oscilan entre 50 y 100-150 m, pero separadas por pequeños valles que drenan sus bases con un patrón de drenaje circular. Este paisaje es el resultado típico de los procesos de meteorización y alteración de rocas ígneas-metamórficas antiguas (el granito de Imataca o el de Supamo, ambos de edad proterozoica) bajo condiciones de clima lluvioso tropical.
Prácticamente toda la subregión está cubierta por diferentes tipos de bosques pluviales muy densos, cuya fisionomía y composición florística difieren notablemente de los bosques inundables del delta, adyacentes por el norte, descritos en el sector B.3, y más aún de los bosques del sector C.2.2, colindantes por el oeste. Esta distinción es producto del régimen climático marcadamente más húmedo. En esta formación de bosques ombrófilos destacan aquellos dominados localmente por especies arbóreas indicadoras, tales como Erisma uncinatum (mureillo, en la Altiplanicie de Nuria y en Imataca) y Mora gonggrijpii (mora), que forma bosques densos y altos, particularmente en zonas húmedas de interfluvios, desde el río Cuyuní alto, en Venezuela, hasta su confluencia con el río Esequibo, en Guyana.