Conversión de los bosques deciduos en los llanos centrales de Venezuela
Cita: Zambrano-Martínez, S. & J.P. Rodríguez (2010). Conversión de los bosques deciduos en los llanos centrales de Venezuela. Pp: 269-274. En: J.P. Rodríguez, F. Rojas- Suárez & D. Giraldo Hernández (eds.). Libro Rojo de los Ecosistemas Terrestres de Venezuela. Provita, Shell Venezuela, Lenovo (Venezuela). Caracas: Venezuela. Pp: 269-274
La región Llanos ofrece extensas superficies de tierra aptas para la agricultura y la ganadería extensiva, aunque presenta limitaciones con respecto al drenaje pluvial, en la disponibilidad de recursos hídricos y la calidad de los suelos. La región está comprendida dentro de la unidad ecológica del bosque deciduo tropical o bosque seco tropical, el cual constituye uno de los ambientes más extensos del país y que principalmente se caracteriza por estratos arbóreos, formaciones arbustivas y herbáceas o sabanas, además de bosques secundarios producto de la intervención humana, y bosques de galería asociados a formaciones arbóreas siempreverdes
MARNR (1983). Sistemas Ambientales Venezolanos. Proyecto VEN/79/001. Región de Los Llanos. Estados Guárico y Apure. Ministerio del Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables (MARNR): Caracas.
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Los bosques secos neotropicales, y en particular los secundarios, son de gran interés por su potencial en el almacenamiento de carbono y su posible contribución a la mitigación del calentamiento global, sin embargo, son uno de los ecosistemas más amenazados del mundo, incluyendo los de Venezuela
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Durante siglos los Llanos han estado sujetos a modificaciones por actividades humanas. Sus bosques originales han desaparecido rápidamente a causa de constantes y prolongados procesos de quema, y por la conversión de las tierras a fines agropecuarios, situación que mantiene bajo amenaza de extinción a sus especies de flora y fauna
Duno de Stefano, R., G. Aymard & O. Huber (eds.) (2007). Catálogo anotado e ilustrado de la flora vascular de los Llanos de Venezuela. FUDENA, Fundación Empresas Polar, FIBV: Caracas. 715 pp.
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. Entre los mamíferos más amenazados están la danta (Tapirus terrestris) y el yaguar (Panthera onca), ambos en situación Vulnerable y entre las aves, el cardenalito (Carduelis cucullata), cuyas poblaciones en su mayoría están extintas y su distribución actual no llega a 20% de lo que fue originalmente
Rodríguez, J.P. & F. Rojas-Suárez (eds.) (2008). Libro Rojo de la Fauna Venezolana. 3a. ed. PROVITA y Shell Venezuela, S.A.: Caracas, Venezuela. 364 pp.
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Métodos
El área de estudio se encuentra en los llanos centrales, al sur de los estados Cojedes y Guárico, con una extensión aproximada de 231.615 ha, que incluye al Centro Técnico Productivo Socialista Florentino, antiguo hato Piñero (74.691 ha), unidad de producción ganadera que funcionaba como reserva privada de conservación no oficial (Figura 1 ). En esta área predominan ecosistemas de bosques deciduos, bosques de galería y sabanas, además de bosques secundarios en diferentes etapas de sucesión producto de las perturbaciones naturales o provocadas por el hombre
Duno de Stefano, R., G. Aymard & O. Huber (eds.) (2007). Catálogo anotado e ilustrado de la flora vascular de los Llanos de Venezuela. FUDENA, Fundación Empresas Polar, FIBV: Caracas. 715 pp.
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Portillo-Quintero, C.A. & G.A. Sánchez-Asofeifa (2010). Extent and conservation of tropical dry forests in the Americas. Biological Conservation 143: 144-155.
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. En este estudio se utilizó como referencia el área ocupada por el hato Piñero en virtud de su buen estado de conservación, para compararla con zonas aledañas que han sufrido grandes impactos en los últimos 40 años.
Figura 1: Ubicación relativa del área de estudio en los llanos centrales, estados Cojedes y Guárico (rojo). El límite amarillo identifica al antiguo hato Piñero.
Para cuantificar los cambios de cobertura se usaron dos imágenes de satélite, una imagen Landsat TM del 26 de marzo de 1988 y otra Landsat ETM+ del 14 de marzo de 2001. Todas las bandas espectrales fueron procesadas, a excepción de las bandas 6 (banda termal) TM y ETM+ y la banda 8 (pancromática), esta última exclusiva del sensor ETM+. Una vez que se tuvo las bandas procesadas con sus números digitales (DN), estas se transformaron a valores de energía (radiancia). Posteriormente se les aplicó una corrección atmosférica con el módulo FLAASH del programa ENVI para reducir los efectos de la atmósfera, aerosoles y efectos típicos en las áreas rurales, y convertir todos los valores a unidades de reflectancia
Adams, J.B., M.O. Smith & A.R. Gillispie (1993). Imaging spectroscopy: Interpretations based on spectral mixture analysis. Pp. 145-166. En: C.M. Pieters & P.A. Englert (eds.). Remote Geochemical Analysis: Elemental and Mineralogical Compositio Cambridge University Press: Cambridge, UK.
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Souza, C.M., D.A. Roberts & M.A. Cochrane (2005). Combining spectral and spatial information to map canopy damage from selective logging and forest fires. Remote Sensing of Environment 98: 329-343.
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. Los datos de reflectancia de cada píxel fueron descompuestos en fracciones de vegetación fotosintética (GV), vegetación no fotosintética (NPV), suelo (SOIL) y sombra (SHADE). El modelo de SMA emplea los píxeles más “puros”, seleccionados con base en la forma espectral y el contexto de la imagen, por ejemplo, los espectros del suelo son asociados con los caminos sin pavimentar, y la vegetación no fotosintética es relacionada con pastizales senescentes (Figura 2 ). Los modelos de mezcla espectral se calcularon para cada fecha utilizando la imagen calibrada y los píxeles puros, excepto la imagen de referencia usada para extraer los píxeles puros. Los bosques talados y quemados tienen una menor proporción de GV y mayor proporción de NPV y SOIL, de la misma forma que el contenido SHADE de estos bosques degradados también es mayor en relación con los bosques intactos
Souza, C.M., D.A. Roberts & M.A. Cochrane (2005). Combining spectral and spatial information to map canopy damage from selective logging and forest fires. Remote Sensing of Environment 98: 329-343.
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Con los resultados del modelo SMA se calculó el índice de diferencia normalizado de fracciones (NDFI), con valores en el intervalo de -1 a 1, de forma que el bosque intacto tuviera un valor alto, alrededor de 1 (Figura 3 )
Souza, C.M., D.A. Roberts & M.A. Cochrane (2005). Combining spectral and spatial information to map canopy damage from selective logging and forest fires. Remote Sensing of Environment 98: 329-343.
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. Este índice permitió identificar a los bosques deciduos y los bosques de galería como un continuo, un mosaico de bosques secundarios y sabanas, así como sabanas, y áreas intervenidas (suelo expuesto, áreas quemadas, cultivos, sombras de nubes, nubes y cuerpos de agua), y adicionalmente la elaboración de un árbol de decisión permitió ajustar mejor dichas clasificaciones
Friedl, M.A. & C.E. Brodley (1997). Decision tree classification of land cover from remotely sensed data. Remote Sensing of Environment 61: 399-409.
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En los 13 años que abarcan las imágenes analizadas, hato Piñero funcionó como reserva privada de conservación, enfocada en la protección tanto de las especies de fl ora y fauna como de los ecosistemas. La efectividad para la conservación ambiental lograda por el hato Piñero fue evaluada mediante el análisis de cambio de coberturas, para el que se midieron los cambios observados dentro del hato, que luego serían comparados con los cambios ocurridos fuera de sus linderos.
Figura 3: Índice de diferencia normalizado de fracciones (NDFI).
Para aplicar los criterios cuantitativos de riesgo de eliminación de ecosistemas en 1988 y 2001, se calculó la proporción de todas las coberturas dentro y fuera del hato, donde se manejó tres unidades espaciales: una conformada por bosques deciduos y bosques de galería, otra por bosques secundarios y sabanas, y la tercera por sabanas (Figura 4 )
Rodríguez, J.P., K.M. Rodríguez-Clark, J.E.M. Baillie, N. Ash, J. Benson, T. Boucher, C. Brown, N. Burgess, B. Collen, M. Jennings, D.A. Keith, E. Nicholson, C. Revenga, B. Reyers, M. Rouget, T. Smith, M. Spalding, A. Taber, M. Walpole, I. Zager & T. Zamin (2011). Establishing red list criteria for threatened ecosystems. Conservation Biology 25: [doi: 10.1111/j.1523-1739.2010.1598].
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Rodríguez, J.P., K.M. Rodríguez-Clark & M. Assmüssen (2010). Categorías y criterios de las listas rojas de ecosistemas. Pp: 93-105. En: J.P. Rodríguez, F. Rojas-Suárez & D. Giraldo Hernández (eds.). Libro Rojo de los Ecosistemas Terrestres de Venezuela. Provita, Shell Venezuela, Lenovo (Venezuela). Caracas: Venezuela.
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. Esta información fue utilizada para realizar una proyección de cambio hasta 2038, cubriendo así el intervalo de 50 años propuesto en el criterio A de las categorías de riesgo, empleando un algoritmo disponible en la herramienta IDRISI ANDES se calculó la matriz de transición para medir los cambios de 13 años (1988-2001)
Janssen, L.L.F. & H. Middelkoop (1992). Knowledge-Based Crop Classification of a Landsat Thematic Mapper Image. International Journal of Remote Sensing 13: 2827-2837.
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Figura 4: Cobertura de las formaciones vegetales en el área de estudio.
Resultados
En 1988, 94% de toda la zona de estudio estaba conformada por áreas intervenidas (61%), sabanas (17%), y un mosaico de bosques secundarios y sabanas (16%). El 6% restante (15.765 ha) corresponde al mosaico de bosques deciduos y bosques de galería. Para 2001 los principales cambios detectados fueron: el aumento de 13% en las áreas intervenidas y la disminución de 11% de ecosistemas de sabanas. El cambio observado se atribuye principalmente a la expansión de la frontera agropecuaria en todas las coberturas evaluadas, especialmente en las sabanas y los bosques (Figura 5 ).
Figura 5: Superficie de las coberturas de bosque en el área de estudio.
Los cambios de cobertura proyectados hasta 2038, y la aplicación de los criterios cuantitativos de riesgo de eliminación de ecosistemas, revelan la tendencia hacia un proceso de sabanización y la pérdida de bosques. Estas proyecciones indican que en 50 años existiría 71% de áreas intervenidas, 4% de sabanas, 22% del mosaico de bosques secundarios y sabanas, y apenas un remanente de 3% del mosaico de bosques deciduos y de galería
Rodríguez, J.P., K.M. Rodríguez-Clark, J.E.M. Baillie, N. Ash, J. Benson, T. Boucher, C. Brown, N. Burgess, B. Collen, M. Jennings, D.A. Keith, E. Nicholson, C. Revenga, B. Reyers, M. Rouget, T. Smith, M. Spalding, A. Taber, M. Walpole, I. Zager & T. Zamin (2011). Establishing red list criteria for threatened ecosystems. Conservation Biology 25: [doi: 10.1111/j.1523-1739.2010.1598].
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Rodríguez, J.P., K.M. Rodríguez-Clark & M. Assmüssen (2010). Categorías y criterios de las listas rojas de ecosistemas. Pp: 93-105. En: J.P. Rodríguez, F. Rojas-Suárez & D. Giraldo Hernández (eds.). Libro Rojo de los Ecosistemas Terrestres de Venezuela. Provita, Shell Venezuela, Lenovo (Venezuela). Caracas: Venezuela.
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Al analizar los resultados dentro y fuera del antiguo hato Piñero entre 1988 y 2001, se encuentran variaciones en la cobertura de las unidades de análisis. Aunque los bosques secundarios y sabanas, y los bosques deciduos y de galería aumentaron su cobertura en el interior del antiguo hato Piñero, también han estado sujetos a perturbaciones, tales como quemas repetidas de los bosques y de las sabanas para el desarrollo de actividades ganaderas y agrícolas.
Durante ese período la reducción de las áreas intervenidas (6%), favoreció la regeneración de los bosques secundarios y sabanas así como los bosques deciduos y de galería, demostrando una estabilidad y recuperación de esas zonas gracias a los niveles de protección que allí existen. Esta tendencia se mantiene cuando se proyectan los cambios de cobertura a 50 años (2038) (Figura 6 ).
Figura 6: Superficie de las coberturas en el área de estudio.
Conclusiones
Los llanos centrales tienen una fuerte dinámica de conversión a predios agropecuarios e incluso agroindustriales, por lo que se requiere evaluar el estado de los bosques y sabanas asociadas, y medir el aumento de la frontera agrícola para proponer alternativas que permitan conservar los ambientes naturales. La explotación forestal desmedida también constituye una seria amenaza de eliminación para los ecosistemas locales, siendo el mejor ejemplo la drástica reducción de las coberturas boscosas de la Reserva Forestal de Turén, eliminada en apenas dos décadas.
Los resultados demuestran que si los niveles de intervención se mantienen constantes en tiempo, la reducción de los bosques deciduos y de galería (51%) y de las sabanas (77%) de los llanos centrales en los próximos 50 años sería considerable, lo que correspondería a su clasificación como En Peligro (EN). Esta situación alarmante obliga a diseñar estrategias creativas que permitan garantizar la conservación de las coberturas vegetales naturales que aún persisten en la región.